



Ya está llegando el calorcito y las chicas comienzan a mostrar estupendos escotes. Los accidentes de tráfico serán mayores por esas miradas lascivas que son imposibles de parar. Nos chocaremos con las farolas al ver esos preciosos escotes y cuando lleguemos a casa nuestros pensamientos sólo pensarán en poder liberarlas de sus exiguos ropajes.
¡Viva la primavera que la sangre altera!
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